Quizás hayas escuchado alguna vez la expresión de que no hay dos copos de nieve iguales. Pero, ¿te has preguntado si realmente es cierto y por qué? Hoy, con tanta nieve que hemos visto a nuestro alrededor, nos ha entrado el gusanillo de la curiosidad y hemos investigado un poco. ¡Te contamos todo sobre nuestras averiguaciones!
Qué son los copos de nieve
Si has visto nevar alguna vez, te habrás dado cuenta que es un fenómeno que a simple vista se parece mucho a la lluvia. Pequeñas gotas caen del cielo y se van acumulado allá donde aterrizan. Cuando es agua ,se forman los charcos y cuando es nieve, una capa más densa que, si las temperaturas se mantienen bajas, se queda con nosotros unos días para que podamos crear muñecos de nieve.
Pero, ¿es la nieve agua que se ha congelado por el camino debido al frío? ¡Pues te sorprenderá saber que no! Aunque cuando se descongele termine siendo agua, o si la pruebas o añades escarcha a una limonada en verano, no se forman a partir de gotas de agua.
¿Y entonces? Cuando una gota de lluvia se congela lo que se produce es agua nieve. Es decir, que se mezclan pequeños copos de nieve con agua congelada, y que al llegar al suelo no terminan de cuajar sino que pasan a ser charcos como cuando llueve. Lo que son es vapor en el aire (imagina cuando te duchas con agua muy caliente y se forma una niebla), que pasa a ser hielo sin convertirse primero en agua.
Para formarse un copo de nieve , un montón de moléculas de agua, esto es, puntitos de agua tan pequeños que no podríamos verlos, encuentran una mota de polvo o de suciedad y se pegan a ella. A medida que se van congelando, se crean formas simétricas. ¡Por eso los copos de nieve nos parecen tan perfectos! La próxima vez que veas la decoración navideña con forma de estrella, sabrás que no es un dibujo aleatorio, sino que esa es exactamente la forma que pueden tomar los copos de nieve.
Por qué no hay dos copos de nieve iguales
Ahora que ya sabes la diferencia entre la lluvia y la nieve, volvemos a nuestra investigación acerca de si no hay dos copos de nieve iguales. A vista muy cercana, las formas y los tamaños de los copos de nieve son tan variados que no podríamos encontrar dos dibujos completamente iguales. ¡Pero no se debe a su formación!
La ciencia ha averiguado que el motivo por el que no hay dos copos de nieve iguales, o al menos sería muy raro si sucediera, se debe al clima. Cuando caen, la temperatura, la humedad, la fuerza del viento o la presión del aire son diferentes en cada momento. Por lo tanto, la forma espigada que toman va variando en cada uno de ellos.
Sería como pretender que cada día que te levantas, desayunas y preparas para ir al colegio, lo hicieras todo exactamente de la misma manera. ¡Es imposible! Aunque sea la misma hora, es otro día, y puedes tener más o menos sueño, hambre o ganas de ir al cole. ¡Qué aburrido sería si todo fuera siempre igual!
Esperamos que nuestra explicación de hoy te haya resultado interesante. ¡Y si quieres aprender más cosas curiosas, ¡no dejes de leer nuestra sección de Sabías que!