Ya hemos empezado la vuelta al cole, y eso significa que el otoño está a punto de llegar. Pero por suerte, aún sigue haciendo bastante calor y no se nota apenas que ya hemos llegado prácticamente al final del verano. Para mantenernos fresquitos, hemos decidido aprender a hacer helados caseros. ¿Quieres aprender tú también?
Por qué hacer los helados en casa
Ir al supermercado y comprar helados allí es mucho más cómodo que hacerlos en casa. Pero es así con cualquier cosa que queremos tener. Siempre hacemos hincapié en que a nosotros no solo nos gusta aprender a fabricarnos lo que deseamos, ya sean disfraces, juegos o, en este caso, los helados caseros. Sino que además es mucho más sano y también respetuoso con el medio ambiente. ¿Sabes por qué?
Pues es muy sencillo. Los helados o todo lo que compramos en el súper viene con un envoltorio, y además, tiene que viajar muchos kilómetros para llegar hasta las estanterías y neveras. Todo eso supone contaminación y va en contra de la misión que tenemos.
¡Pero no se trata solo de cuidar al planeta! De nada sirve cuidar nuestro hogar si antes no cuidamos nuestro propio cuerpo. ¡Eso también podría considerarse nuestra casa! Los helados que venden hechos, como tantos otros productos, traen mucha azúcar, jarabes y conservantes que en realidad, por muy bien que sepan, no son nada buenos para nosotros. ¡Y nuestros dientes son los primeros en notarlo! Está bien que nos visite el Ratoncito Pérez, pero no es necesario que le dejemos dientes picados. Si recordáis su historia sabréis por qué los necesita en buen estado.
Cómo hacer helados caseros
Bueno, ahora sí que sí. Vamos a contarnos lo que hemos aprendido sobre los helados caseros. Como seguro que sabéis, por un lado están los helados más cremosos que vienen con cucurucho, y por otro los polos. Aquí os vamos a hablar de estos últimos que son más fáciles de hacer pero permiten variar el sabor tanto como queráis.
¿Qué vais a necesitar? Fruta, como por ejemplo mangos, melocotones, naranja, fresas o cualquier otra que os guste mucho; yogur, si queréis que sea más cremoso; una batidora; moldes donde colocarlos, y palitos de madera o cualquier equivalente para poder sacarlos. Como pequeño recordatorio, las cucharillas de plástico son muy contaminantes…
Nosotros hemos optado por los mangos, y hemos cogido también un poco de cacao en polvo y coco rallado. Estos dos ingredientes no los mencionamos antes, pero es porque estamos improvisando. ¡Echad un vistazo a lo que tenéis en casa que seguro que hay algo interesante para vuestros helados caseros!
Así, hemos puesto dos mangos en la batidora con un poco de cacao y de coco, lo hemos batido y luego hemos rellenado algunos huecos de la heladera. Para los demás, hemos echado un poco de yogur y hemos vuelto a batir. Y con esta mezcla rellenamos los huecos restantes. Después va al congelador y toca tener un poco de paciencia, porque a veces necesitan incluso 24 horas para congelarse bien. ¿Crees que podrás esperar?