Hace poco os contamos que nos fuimos a una piscina para celebrar la llegada del verano. Y nos lo pasamos tan bien, ¡que hemos decidido repetir la experiencia! Nil está un poco triste porque a él lo que le gusta es el mar y poder mirar las olas durante horas, pero este verano no nos ha sido posible ir hasta allí. ¡Así que tenemos que buscar alternativas! ¿Quieres saber más de nuestro día?
Las ventajas de ir a la piscina
Hay quienes prefieren ir a la piscina, mientras que otras personas disfrutan más estando en contacto con la naturaleza. Mientras las playas estén limpias, jugar con las olas del mar o hacer castillos en la arena resulta más divertido, pero en la piscina tenemos la oportunidad de tirarnos de muchas formas y además siempre hacemos pie.
Por eso, y porque como sabes Nil está un poco apenado, hemos querido entre los demás pensar en todas las ventajas que tiene ir a la piscina. De esa forma, podrá verlo de una manera mucho más positiva y disfrutará del día con nosotros. Está bien sentirse mal y tener otras preferencias, pero también es importante saber adaptarse. Así, si tú también eres de los que prefieren ir a la playa en lugar de a la piscina, verás que es posible encontrar la diversión en cualquier sitio. ¡Se trata siempre de una cuestión de actitud!
- Vale, vamos a repasar. Empezaré yo, Neala, y luego los demás diréis también una ventaja de ir a la piscina. Hacemos pie y nos podemos tirar de muchas formas. Siguiente…
- ¡Pero eso ya lo habíais dicho! ¡Así no vale!, dijo Nil. ¡Yo quiero ir a la playa!
- Mmm ya…, bueno, en las piscinas también suele haber más sombra y así pasamos menos calor…
- ¡Y lo que llevamos de comida no se llena de arena!, dijo Petra. ¡Sobre todo el chocolate de Edison!
- ¡Siempre hay hamacas y colchonetas para dormir!, dijo Malik, que como sabéis, lo que más le gusta en el mundo es precisamente eso.
- Y como siempre tocamos el suelo, ¡podemos jugar a muchas más cosas!, dijo Neala. ¿Ves como yo también puedo encontrar muchas ventajas?
- Está bien, está bien, me habéis convencido. ¡Pero el próximo día iremos a la playa!
Algunas normas en la piscina
Y así, hemos cogido nuestras cosas y nos hemos acercado a una piscina que hay donde vivimos. Al final, Nil ha sido el primero en lanzarse corriendo al agua, y tanto ha corrido que se ha resbalado en el bordillo y así es como ha entrado al agua.
- ¡Piiiii!, sonó de repente. No sabíamos que también había un socorrista en esta piscina. ¡Chicos y chicas!, dijo-. Podéis disfrutar del baño, pero recordar algunas normas básicas. Si alguno aún no sabe nadar con seguridad, no os olvidéis los manguitos o el chaleco, y antes de lanzaros a toda prisa como habéis hecho (Nil se ha sonrojado un poco), caminad con cuidado alrededor de la piscina y mojaros primero despacio. Como ya habéis comprobado, el bordillo resbala y quizás no siempre aterrizaréis en el agua.